lunes, 18 de octubre de 2010

La Escala de Gris




...La  vida no es en blanco y negro...

Esta es la principal causa del nombre de este Blog, para algunos será ya obvio, pero en verdad que no, en cualquier conversación me he dado cuenta de que seguimos tratando todo como BUENO o MALO: Es que los metachos son mechudos, cuando no todo mechudo es metacho y no todo metacho es mechudo, es que los raperos son vagos, cuando no todo vago es rapero y no todo rapero es vago, no todo ratero es pobre, no todo pobre es ratero, y así infinidad de analogías, masificadoras, incluso insultantes para muchos, así mismo nadie es totalmente ratero, totalmente vago, totalmente honrado, ni totalmente juicioso.

Lo primero que quiero dar a entender es que acabemos con esto, sean prudentes al hablar, no generalicen de esa manera o si no pecarán por ignorantes, ¿pecar? , bueno, eso es de otro tema.

Para explicar mejor todo he sacado este fragmento del libro “El Demonio y la Señorita Prym” de Paulo Cohelo, contando según el libro cómo se pintó “La Última Cena” de Leonardo da Vinci:


-Al concebir este cuadro, Leonardo da Vinci tropezó con una gran dificultad: tenía que pintar el Bien, el retrato de Jesucristo, y el Mal, en la figura de Judas, el amigo que lo traiciono durante la Cena. Tuvo que dejar el trabajo a medias por que no encontraba los modelos ideales.
   -Un día, mientras escuchaba a un coro, vio que uno de los chicos era la imagen perfecta de Jesucristo. Lo invito a su taller y reprodujo sus facciones en estudios y esbozos.
   -Pasaron tres años. La última cena estaba casi terminada, pero Da Vinci aun no había encontrado el modelo ideal para Judas. El cardenal responsable de la iglesia lo presionaba para que terminase el mural de una vez por todas.
   -Despues de muchos días de búsqueda, el pintor se encontró con un joven prematuramente envejecido, desarrapado, borracho, tumbado junto a una cloaca. Pidió a la gente que había a su alrededor que lo ayudaran y con muchas dificultades, lo llevaron directamente a la iglesia, por que ya no tenia tiempo para hacer esbozos.
   -El mendigo no entendía lo que estaba sucediendo: las personas que lo habían arrastrado hacia allí lo mantenían en pie mientras Da Vinci copiaba las líneas de impiedad, de pecado, de egoísmo tan bien marcadas en aquel rostro.
   -Cuando terminó el mendigo, algo recuperado de la resaca, abrió los ojos y vio la pintura que tenia delante. Y dijo con una mezcla de espanto y tristeza:
   - ¡Yo ya había visto este cuadro antes!
   - ¿Cuándo? – preguntó Da Vinci sorprendido.
   - Hace tres años, antes de perderlo todo. En un época en que yo cantaba en un coro y tenia una vida llena de sueños, fue entonces cuando el pintor me invitó a posar como modelo para el rostro de Jesucristo –


-O sea, que el bien y el mal tienen el mismo rostro; todo depende de la época en que se cruzan en el camino de cada ser humano – concluyó. 


...

No hay comentarios:

Publicar un comentario